martes, marzo 25, 2008

Monopolio y predominio

En el mundo actual ya no vale tanto la distinción entre liberales y totalitarios. Con evidencias por doquier acerca de la preminencia de la cosmovisión liberal, vale la pena preguntarse sí de lo que se trata en última instancia es de discernir las modalidades en que se desdobla el liberalismo político, como lo proponen los liberales de la corriente comunitarista, más que de oponerse al liberalismo mismo.
Por ello, hoy nos concentraremos en Michael Walzer, uno de los más aventajados pensadores en estos tópicos liberal comunitaristas, quien en sus esferas de la justicia, propone una estratégica diferencia entre monopolio y predominio.
El primero, dice Walzer, consiste en la utilización exclusiva por parte de un grupo de individuos en una sociedad política de los bienes y valores existentes, lo cual, irremediablemente nos conduce al problema de la tiranía. El predominio, por el contrario, hace referencia a la utilización unívoca de un solo bien o valor en las sociedades políticas con exclusión de los demás bienes disponibles (el triunfo del bien económico por sobre todos los demás).
La descripción de Walzer es importante porque permite radicar la diferencia entre monopolio y predominio, respectivamente, en una univocidad de los sujetos, en la medida que muy pocos son los que tienen acceso a un solo bien, en tanto que el predominio se dirige a la univocidad de objetos por el hecho de que solo uno de los bienes es dominante con exclusión de los otros (el dinero, el poder, la educación, entre otros, excluyentes de los demás). Este es un punto de partida interesante, porque, a diferencia de la mayoría de los filósofos que tradicionalmente se han ocupado del monopolio, es decir, de la asunción y crítica de que sólo unos cuantos detentan el poder, la preocupación de Walzer es que el predominio, en tanto visión unilateral donde predomina un bien con exclusión de los demás, conduce irremediablemente a la negación de la igualdad compleja que existe en toda sociedad política moderna, donde hay una pluralidad de bienes que forman una gran familia en la que reina la armonía como reina la discordia, sinómino representativo en las sociedades políticas de este siglo.
En resumen, no se trata de seguir insistiendo en que sólo algunos grupos o individuos detenten el poder; eso, desde Gramcsi, ha sido superado; de lo que se trata es de identificar si en las sociedades pluralistas de hoy en día, es adecuada o no la primacía de un solo bien, como el económico, que excluye absoluta y necesariamente a todos los demás.
Primacía objetiva de lo económico que deja a los sujetos y sus planes de vida con muy pocas opciones de decisión acerca de lo que significa la buena vida.

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