La promesa que Juanito, actualmente Delegado electo en Iztapalapa, hizo de renunciar a favor de Clara Brugada fue hecha en un contexto inválido jurídicamente hablando, porque no fue emitida en las condiciones performativas adecuadas.
En esto nos es útil la lectura del libro de J. L. Austin, como hacer cosas con palabras. En ella, el autor menciona que las palabras tienen algunas veces la capacidad de transformar la realidad, como pasa con algunas palabras que pronunciadas en el momento adecuado y bajo ciertas condiciones, operan un cambio en la realidad. Así pasa con palabras como "apuesto", o frases como "lo juro".
En la tragicomedia de Juanito cabe recordar que él pronunció "acepto" sin la presencia de ciertas condiciones jurídicas relevantes, análogamente al caso de quien pronuncia dicha palabra fuera de la presencia del juez del registro civil, no puede decirse casado. No se transforma la realidad como sucede con el acto performativo. Su emision se dio en un contexto no jurídico.
Por ello, ante la pregunta de qué pasaría si Juanito decide hace caso omiso de su juramente en una plaza popular, y por el que se ha hecho famoso, es decir, si hay forma de obligarlo o de sancionarlo por faltar a su promesa, lo que tiene que dejarse claro es que Juanito tiene de su lado la razón de la ley y en caso de que se le expulsara por ese motivo, por incumplir la promesa, tendría herramientas legales para tacharla de ilícita según la normativa partidaria general y particular al PT.
