viernes, febrero 15, 2008

Clase ontológica distributiva (ética) y clase ontológica atributiva (moral)

Para tratar de distinguir la ética de la moral, vale que consideremos los siguientes elementos nada despreciables dada la confusión existente.
La perspectiva atributiva hace referencia a los comportamientos de los individuos cuando forman parte de un grupo, mientras que la perspectiva distributiva se refiere al individuo considerado en sí mismo, con independencia de los grupos sociales en los que participa. Ejemplo de ello es el caso de un individuo que, siendo soldado, atributivamente tiene que seguir las estrictas reglas del orden militar para mantenerse unido al grupo, como la de salvar la patria por encima de cualquier motivo o interés personal, o la del político que protege los intereses del grupo político conservador con exclusión obvia de los principios liberales, mientras que el soldado, ahora visto distributivamente, se comporta igual a cualquier individuo que tiene que ver por su propio bienestar y el de su familia y, por lo tanto, decide desertar porque no quiere que los suyos algún buen día lo dejen de ver, así como el político, en esta ocasión tomado aisladamente, puede, en un momento dado, deshacerse de los intereses del grupo si los considera axiológicamente negativos por atentar contra los derechos humanos.

Según esa perspectiva ontológica (y ante todo antropológica), la base es la separación o no que hay entre los individuos que se analizan. Los comportamientos éticos son aquellos vinculados al individuo socialmente aislado, mientras que los comportamientos morales son aquellos que realiza el individuo precisamente por su estrecha conexión con el grupo, comunidad o sociedad de referencia.
Esta perspectiva compleja desecha dos planteos: a) la de un ser humano que no guarda relación social con nadie, y b) la de un ser que se relaciona con todos, absolutamente todos, sus congéneres. Es decir, que ni está totalmente aislado, ni está totalmente vinculado, pues así como tiene momentos en que es preciso defender su interés con exclusión o neutralización de los intereses de los demás, también tiene ratos en que es preciso defender el interés de la cofradía aunque en ello se vaya el interés más personal.

Ambos tipos de comportamiento, los analiza la Ética (con mayúscula), ahora sí, entendida como la disciplina que describe cómo deberían comportarse los hombres en el plano ético (con minúscula) y en el plano moral.